Revolución total en la sincronizada: España se frota las manos con el nuevo sistema de puntuación
El nuevo 'VAR' de esta disciplina renombrada como natación artística destroza las apuestas y ya no hay países favoritos para las medallas.
Si hay algo que está siendo el verdadero protagonista en este mundial de Fukuoka es el nuevo reglamento de la natación artística. Todos los países participantes están todavía intentando entender cómo les repercute este sistema, pero España ha sido más rápido y efectivo. En vez de permanecer con la misma dinámica que hasta ahora, están incluso variando detalles y figuras en apenas minutos. ¿El resultado? Seis de siete medallas posibles en lo que va de competición, unas cifras que no habíamos visto desde el mundial de Barcelona 2013.
El nuevo reglamento hace que no esté preestablecido el podio como pasaba en anteriores campeonatos porque de la fase preliminar a la final todo puede cambiar. Ya no se tiene en cuenta los resultados de esta primera sesión, que pasa casi a ser como una especie de entrenamiento y de toma de sensaciones para las deportistas, sino que solo sirve para la clasificación la rutina de la final. Ahora ya no se saben los países que se van a llevar las medallas, tal y como se comenta del festival de Eurovisión. Los puntos ya no están 'dados' antes de competir. El atractivo y la intriga han vuelto a la competición y el público general está más entusiasmado que nunca por los giros inesperados a la hora de subir al podio.
Es así como las potencias de los últimos años en natación artística como China o Ucrania están quedando tan abajo en la clasificación a pesar de cosechar una puntuación muy buena en la preliminar. Deciden apostar y dotar de más dificultad a la rutina en la final y por unos ligeros fallos en los ejercicios técnicos fijados, pierden prácticamente todas las opciones de medallas.
Nuevos conceptos que dan y quitan medallas
Ahora juega un gran papel la estrategia de los entrenadores, sobre todo a nivel de dificultad. Cada equipo marca la dificultad de su rutina, las 'coach cards', y tienen que cumplir a la perfección lo que está escrito. Es en este punto donde entran los ya famosos base marks o dificultad base de elementos, penalizaciones que aparecen cuando una de las nadadoras no ha completado exactamente el elemento pautado. Clara Camacho, ex-nadadora de la selección española, entrenadora de este deporte y comentarista técnica de este mundial para RTVE, explica en exclusiva para Relevo que "si una nadadora realiza tres cuartos de giro en vez de uno completo ya no se baja la puntuación, sino que ese elemento tendrá como máximo un 0,5". De ahí la importancia de realizar tu rutina perfecta y no apostar tanto por la dificultad o espectacularidad.
Por ello, el número de jueces ha variado. Ahora entran en acción dieciséis: cinco jueces generales, cinco de artística y cinco de técnica, que revisan los elementos expuestos en las coach cards de los entrenadores mediante una serie de botones rojo, amarillo y verde para tener un control exhaustivo de cada figura. Excepto en solo, se le añaden además tres jueces para el apartado de sincronización. Los fallos son completamente perceptibles para el jurado y no hay margen de error.
Este nuevo reglamento es mucho más estricto, casi al milímetro, sobre todo en las rutinas técnicas y provoca que los combinados tengan una precisión absoluta en las figuras. Aquí es donde entra el debate: ¿es este sistema más o menos justo? Pues depende. Obliga a tener todo cuidado hasta el más mínimo detalle y no hay cabida a fallos, pero también da más posibilidades de obtener medallas a aquellos países con una gran ejecución pero más austeros en cuanto a dificultad. Un ejemplo es cómo Estados Unidos está comenzando a entrar en el podio mundial, basando sus coreografías en elementos sencillos, pero controlados de manera perfecta técnicamente.
🇪🇸 ¡¡Medalla para Dennis!! ¡Solo queda saber de qué color! #Fukuoka2023
— Teledeporte (@teledeporte) July 19, 2023
😎¡Que alegría para empezar el día!
🟠Lo estamos viendo en @teledeporte y en @rtveplay: https://t.co/qiXqkvRTDf pic.twitter.com/o5o8eX0my7
España lo sabe y se arriesga en el último momento para adecuar sus ejercicios de una fase a otra. El ejemplo está en cómo Dennis González se ha convertido en campeón del mundo en solo libre con unos cambios in extremis. Lo que está claro es que si consigues realizar la rutina con una técnica sublime, una gran impresión artística y arriesgarte en cuanto a dificultad, la medalla está asegurada. Si no, que se lo digan a España.