Laso estaba en la grada, no en el banquillo

La sombra de Pablo Laso sigue siendo muy alargada en el Real Madrid. Tanto como sus 22 títulos conquistados en una década. Por eso, cuando llegan las derrotas como la que sufrió el equipo ante Unicaja en las semifinales de Copa, los tuits y las miradas buscan rápidamente al técnico vitoriano.
Más todavía si, como sucedió en Badalona, Laso estaba en la grada. A escasos metros del que hasta hace pocos meses era su banquillo y a poca distancia también del palco donde estaba Juan Carlos Sánchez. El entrenador más laureado de la historia del Real Madrid lo intentó, pero no podía pasar desapercibido. Y más con lo que estaba pasando en la cancha.
En el parqué se vio a un Madrid sin ideas. Especialmente en ataque, donde dependen en exceso de Musa y Tavares. Dos jugadores que para colmo estaban en el banquillo en los momentos decisivos por culpa de sendos golpes. Ni en eso tuvieron suerte el conjunto blanco y su entrenador. Pero en esas situaciones es la pizarra del técnico la que tiene que encontrar soluciones para sacar a su equipo del atolladero. No fue el caso. Y la grada miraba a Laso.
Eso en ataque -a lo que hay que sumar la falta de acierto de los jugadores, aunque Mateo no es el que lanza- pero la cosa no mejora en defensa. Ibon Navarro ha diseñado un ataque para Unicaja en el que todos los jugadores no paran de moverse de un lado para otro. Para eso se necesitan piernas frescas (algo que a estas alturas de la temporada escasea) y sistemas de ayudas que permitan llegar donde no lo hace el compañero. No fue el caso. Y la grada miraba a Laso.
El técnico vitoriano, por su parte, observaba contenido lo que pasaba en la cancha, seguramente pensando en posibles soluciones para lo que veía. Porque el que es entrenador lo es para siempre, aunque esta vez le tocase ver los toros desde la barrera. Ya le llegará el turno, aunque no sea en ese Madrid del que salió de forma inexplicable.
Mientras, el equipo blanco seguirá buscando el rumbo que nunca debió perder. Una dirección que durante muchos momentos esta temporada parece difícil de encontrar en un conjunto que todavía echa de menos a su anterior comandante, que estaba en la grada.