Kemba Walker y un -28 que preocupa en Mónaco para no ser un nuevo Lamar Odom
El base llegó a la Euroliga como otras estrellas NBA a las que les costó adaptarse al baloncesto europeo.

Fue el fichaje más inesperado del verano. Una bomba que convertía al AS Monaco en uno de los grandes favoritos para la Euroliga. La llegada de Kemba Walker -que comenzó a fraguarse años antes con una visita sorpresa al Principado- teñía de glamour NBA la máxima competición europea con un jugador con categoría estrella. Sin embargo, en los dos meses que lleva en la competición todavía no ha podido mostrar su rango 'all star'.
Walker está lejos de rendir como se esperaba de él y de momento no cuenta con la total confianza de un Sasa Obradovic que prefiere apostar por Mike James, Ellie Okobo o Jordan Lloyd como primeras opciones exteriores en ataque. De hecho, el exbase de Hornets, Knicks, Celtics y Mavericks es el penúltimo jugador de la rotación en Euroliga, sólo por detrás de Terry Tarpey y Mam Jaiteh.
El jugador comenzó la temporada por detrás de sus compañeros tras llegar a Mónaco fuera de forma, tal y como ha podido saber Relevo. Después de un año alejado de las canchas la falta de ritmo en Walker ha sido evidente en los primeros seis partidos que ha disputado en la competición continental, donde está lejos de ser referencia. Apenas suma 3,2 puntos, 1,2 rebotes y 1,3 asistencias por una pérdida de balón por partido en los poco más de 10 minutos que está en la cancha.
Números muy lejanos de las expectativas que tanto en Mónaco como en el resto de Europa se tenía de un jugador que fue cuatro veces 'all star', una vez integrante del tercer mejor quinteto de la temporada y campeón y MVP en la NCAA. Una hoja de servicio deslumbrante que no ha lucido todavía en el Viejo Continente. En Montecarlo mantienen la esperanza y para ello han aumentado su cuerpo técnico con un nuevo técnico para trabajar codo con codo con este base, que antes de pisar las tablas del parquet las pisó como bailarín en el mítico Teatro Apollo de Harlem, donde un día sobresalió un tal Michael Jackson.
La prueba de que Walker todavía no ha encontrado su sitio en el equipo es el -28 que su equipo, sexto en Euroliga con un balance de 5-4, suma con él en pista. Una estadística que, sin embargo, no ha minado el ánimo de un jugador que sabe que todavía tiene mucho trabajo por delante para volver a su mejor nivel. Pero "ética y ganas de trabajo es lo que le sobran", aseguran desde Mónaco.

Allí siguen alucinando con la profesionalidad de un Walker que está pagando el peaje del cambio del baloncesto de Estados Unidos al juego continental. Algo que ya sufrieron otros nombres como Lamar Odom, que pasó sin pena ni gloria por Baskonia antes de coquetear con la muerte por una sobredosis de cocaína. O Allen Iverson, todo un MVP de la NBA que apenas duró unos meses con la camiseta del Besiktas turco. Deron Williams, Ralph Sampson o Artis Gilmore fueron otros jugadores a los que como Walker, Kaminsky o PJ Dozier, les costó adaptarse al baloncesto continental.
El ejemplo contrario
Hay otras estrellas NBA que, sin embargo, sí triunfaron en su aventura europea tras destacar en la mejor liga del mundo. Es el caso de Dominique Wilkins, que tuvo dos aventuras en Europa, la primera en Panathinaikos y la segunda en la Fortitudo Bologna, y le dio tiempo a ganar una Euroleague con el conjunto griego, siendo MVP de la Final Four ante el Barça. También McAdoo fue héroe en Italia, con Olimpia Milano. El que fuera MVP de la NBA en 1975 ganó dos FIBA European Champions Cup seguidas, la actual Euroleague, además de varios torneos nacionales en Italia.
Dos polos opuestos. Dos posibilidades para saber en qué lado de la balanza cae Kemba Walker. Y como él los Hernangómez, Ibaka, Dozier, Kaminsky, Frank Jackson, Kendrick Nunn o Jabari Parker, la larga lista de jugadores que esta temporada han desembarcado en la Euroliga.