GIMNASIA

Simone Biles descubre su mayor miedo tras parar en Tokio por su salud mental: "Pensé que me iban a prohibir entrar en mi país"

La gimnasta se sincera sobre lo que sintió nada más decir que necesitaba dar un paso a un lado.

Simone Biles durante los Juegos de Tokio./AFP
Simone Biles durante los Juegos de Tokio. AFP
Guillermo García

Guillermo García

La imagen marcó un antes y un después en el mundo del deporte y, sobre todo, en lo que a salud mental se refiere. El 27 de julio de 2021, a escasos segundos de participar en la final por equipos de los Juegos de Tokio, Simone Biles, la gran estrella de la cita olímpica no puede más. Tira del freno de mano y para el mundo a su alrededor, prisionera de una presión que le oprime el pecho y de la que no consigue escapar.

"No puedo mamá". Fue la frase con la que le dijo a su madre . "Pues no lo hagas". La respuesta de Nellie Biles fue una válvula de escape para Simone, tal y como confesó en Marca hace dos años. Una frase liberadora que hizo que la mayor estrella de la gimnasia artística y del deporte estadounidense en ese momento decidiera no seguir por ese camino. El oro no merecía la pena. Su salud mental, sí.

Biles, que ya sabía lo que era ganar hasta cuatro oros olímpicos como los que se colgó en Río 5 años antes, decidió que su persona estaba por delante de cualquier logro deportivo. Eso le llevó a enfrentarse a numerosas críticas que la echaban en cara el no haber podido soportar la presión y haberse rendido. Juicios paralelos de personas que olvidaban de todo lo que había pasado antes. Problemas de ansiedad y sobre todo los trastornos que le causaron los abusos sexuales protagonizados por Larry Nassr con ella y con todas sus compañeras.

"Pensé que me iban a prohibir la entrada a Estados Unidos. Porque eso es lo que te dicen, no regreses. Si no es oro, no vuelvas"

Ese pasado la hizo parar, tomando la decisión más difícil de su vida y que le provocó nuevos miedos, como ha confesado ahora en una entrevista en el podcast 'Call her daddy'. "Si en ese momento hubiera podido montarme en un avión e irme a casa lo habría hecho", desvela la gimnasta de Ohio sobre el momento en el que se dio cuenta que su cuerpo no respondía como debía. Y todo por culpa de una ansiedad que la atenazaba. Sin embargo, el miedo a lo que podía venir después también la agarrotaba.

"Tan pronto como aterrice en casa pensé: 'Oh, Estados Unidos me odia. El mundo entero me va a odiar'. Sólo podía ver lo que se estaba diciendo en Twitter en ese momento. Ese era mi único pensamiento", revela Biles, que llegó a creer que no la iban a permitir volver a su casa. "Pensé que me iban a prohibir la entrada a Estados Unidos. Porque eso es lo que te dicen, no regreses. Si no es oro, no vuelvas".

En la misma conversación, la gimnasta explica cómo es esa reacción -llamada twisties- en la que su cuerpo no es capaz de hacer los movimientos ensayados. Lo compara como si olvidas cómo se conduce un coche. "Es básicamente como si tu mente y tu cuerpo estuvieran desconectados. Tu cuerpo intentará hacer algo y tu mente te dirá: 'No, no vas a hacer esto'. Ya no tienes el control. Se lo dije a mi entrenador, que si sobrevivía a Tokio no sabía cuánto más iba a ser capaz de sobrevivir".

Biles se llevó una plata en conjuntos de los Juegos de Tokio. Sin embargo, su mayor presea fue el reconocimiento del mundo ante su gesto. Una reacción contraria a la que ella esperaba y que aplaudía su decisión de parar para cuidar lo más importante que tiene, a sí misma.