Simone Biles recupera la confianza en sí misma gracias a una comparación vinícola

Simone Biles ha normalizado el triunfo. Lo ha humanizado, haciendo ver al mundo lo que cuesta estar en la élite, y ha hecho que parezca algo sencillo por la frecuencia con la que la vemos en lo más alto del podio. Ni siquiera un parón obligatorio para cuidarse a sí misma y su salud mental fue suficiente para que la gimnasta estadounidense se olvidase de ganar.

Lo hacía casi en cada competición antes de bajarse del mundo en los Juegos de Tokio y lo ha vuelto a hacer desde que ha regresado al tapiz, como demostró con su triunfo en Fort Worth, Texas, para llevarse su noveno título de Estados Unidos. Una cifra imposible de pensar antes de la aparición de Biles y un número que ya sólo piensa en aumentar el año que viene.

Y entre medias, los Juegos Olímpicos. Esa cita que le abrió los ojos hace tres años. Un acontecimiento marcado en rojo en la agenda de todos los deportistas y en la que Biles estaba llamada a ser el gran nombre en 2021. Sin embargo, la gimnasta de Ohio puso el peso del oro en un lado de la balanza y su salud mental en el otro. Llamó a su madre antes de salir a competir, le dijo que no podía más y se echó a un lado para reencontrarse y volver a tener la confianza de su lado.

Han sido tres años de trabajo, pero han dado sus frutos y Biles vuelve a competir sin miedo, como demostró en el campeonato nacional. Biles hace que las rutinas más difíciles del mundo parezcan sencillas debido a la forma en que las realiza de manera consistente y sin errores. Su único error durante el campeonato se produjo, cuando rodó hacia atrás en su difícil salto con doble pica de Yurchenko, lo que provocó una reducción de un punto y su única caída de la temporada.

Este campeonato le ha permitido sacar el billete a París, donde ya es la máxima favorita y donde llegará tras tres años de constante trabajo. En el tapiz. Pero sobre todo fuera de él. "Me costó mucho, mental y físicamente, volver a confiar en mi gimnasia y, lo más importante, confiar en mí misma. Creo que esa fue la parte más difícil después de Tokio, no confiaba en mí misma para hacer gimnasia", aseguró la gimnasta tras su triunfo.

Esa pérdida de confianza no se ha visto reflejada en ningún momento en su vuelta al tapiz. Biles no sólo ha regresado, sino que lo ha hecho mejor que antes hasta convertirse en la gimnasta más veterana en ganar el título nacional. Un dato que le vale a Biles la comparación vinícola en la que se ha apoyado durante su recuperación. "Uso una frase, 'envejecer como el buen vino'. Vamos cada vez mejor. Ya veremos. Ojalá pueda aguantar esto el resto del año".